viernes, junio 23, 2006

Una pal Rumpi

Conocí a la chica en clases, me toco ser su profe; ella primeramente se comunico por Internet y luego llegó; traía una depresión galopante; obtuvo algún alivio pero desgraciadamente no tenía la permanencia ni la disciplina como para sanar con una sistema Natural. De modo que debió seguir con el tratamiento psiquiátrico que de algo le servía, pero a la larga, lógicamente que era muy peligroso, ya que se podía hacer adicta a los fármacos. El hecho es que yo procuraba orientarla en este aspecto, y seguimos comunicandonos por mail. Hasta que en una de esas me envió un mail medio picarón..., yo no muy cierto de sus pretensiones, me hice el despistado y la deje explayarse hasta que capte que estaba buscando una aventura. A todo esto la chica tenía un novio, y un hijo de otra relación. Las conversaciones por mail siguieron subiendo de tono hasta que finalmente la invite para tomar un helado en el Bravísimo. La chica no era la gran maravilla que digamos, sin embargo tenía algo que me atraía, algo en su boca, en su sonrisa, en su conjunto que no puedo determinar; el hecho es que empezamos en la heladería y terminamos en mi apartamento, grado 3. De ahí en más nos empezamos a ver cada una o dos semanas, alguna vez ella vino y se quedó todo el sábado. Incluso el novio la venía a dejar, siempre con el pretexto que venía al Instituto. Todo andaba a pedir de boca porque además había dejado de venir a clases, entonces ya no era mi alumna (para tranquilidad de mi conciencia de profe). Teníamos un juego que me encantaba, primero la dejaba desahogarse y contarme sus penas con el hijo, con la mama y con el novio; mientras tomábamos un rico té, con galletas y chocolatines etc., luego yo ponía música de Gato Barbieri, prendía la cámara fotográfica y empezaba a sacarle fotos, y mientras ella hablaba, yo le iba pidiendo que levantara una pierna, que se subiera un poco el vestido, que se abriera la blusa, que subiera la polera, etc y así ibamos entrando en tema hasta llegar a poses bastante candentes, y lógicamente que terminaba con ella en la cama y sin ropa; luego apagaba la cámara y pasaba lo que ustedes están pensando. Siempre yendo del living a la cama; cuadro que me encantaba, porque además su perfomance en el lecho era mundial. (En la foto esta arriba de la mesa del comedor)
Así debe haber pasado un año, algunas veces nos veimos dos y hasta tres veces por semana, cuando el fuego estaba muy prendido. Hasta que un día me escribe diciéndome que...¡¡ estaba embarazada .....!!! no se imaginan el golpe que fue para mi.... y luego me dice que ...su novio estaba supercontento, ultrafeliz !! etc (uf) Yo no sabia que pensar, estaba estólido.

Frente al nuevo escenario, dejamos de vernos, y seguimos comunicándonos por mail. Un día le digo que nos juntemos a tomar una café en el California; ella estaba con licencia; no se le notaba aún pero en algo se adivinaba la gravidez; me cuenta que se van a ir a vivir juntos con el novio y que estan pensando un nombre para el bebé, etc. Lo cierto es que no me atreví, no tuve valor para preguntarle directamente si es que estaba segura que ese hijo era de su novio, y ella tampoco me lo dijo. Pasaron unos 5 meses, nos escribíamos de vez en cuando, entonces ella me escribe muy apenada diciéndome que ...había perdido el hijo (uff...!!!) Nos volvimos a encontrar, y en la segunda cita, cuando el amor después del amor, se me ocurre preguntarle de quien era ese hijo, y me cuenta que .... ¡era mío!! (casi se me cae el pelo). No podía creerlo, que cerca que estuve de la debacle....por las rechachus...!!! La chica era muy valiente. Nos seguimos viendo, le aconseje que dejara a su hijo con su mamá (con quien tenía serios problemas) y que se fuera a vivir con su novio. Ella me hizo caso. Y se mejoró de la depresión.
Un día me escribe muy alarmada diciéndome que el novio – que era computin- había rastreado unos mail de ella en el servidor en su trabajo (en la empresa en donde ambos trabajaban), y había descubierto nuestra correspondencia .....!!! (hoooooo..!!!) Y que le había montado el super-escándalo (¡era que no!!), lo único que no cachó fue que el bebe no era suyo (porque eso nunca fue por mail). El tipo le cambio el celular y le prohibió terminantemente venir más al Instituto. Incluso averiguó con un amigo suyo del Registro Civil mis datos, quien era yo (guacatelassss, me granjeé un enemigo).
Desde ahí en más nuestra correspondencia ha sido escasa, algunas veces hemos hablado por teléfono porque ella se sabe mi número, pero no nos escribimos hace ya como un año. Creo que es mejor dejarla rehacer su vida con el pastelito... jejeje. Fue bueno, lo pasamos bien. Gracias Rumpi, por escucharme. jajajaja

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