miércoles, julio 04, 2007

una muy buena, que les va a divertir

Dado que el anecdotario se ha descontinuado, haremos un movimiento de fly over, al mejor estilo de González Iñaturri (en la película “21 gramos”) o de Tarantino, y nos saltamos a la laguna para ver la siguiente:

Recuerdo una de nuestras estadías en la casita de pelotillehue de la generosa familia de Charly Cantillana en la laguna, como siempre había un choclón, con invitados estelares, actores secundarios, productores, asistentes, etc. Uno de esos invitados era Zamora, amigo y compañero de curso que había venido desde Quintero a vernos por un par de días. Lógicamente que después de una semana de llegados al lugar, el desenfreno y los insufribles efectos de la “libertad” del alero materno, la comunidad era un desastre total, bien parecía una mazmorra de aquellas más recalcitrantes; no había ni una cuchara limpia, y platos y tazas recorrían sin concierto la morada. Obviamente el presupuesto era asaz exiguo y nuestra capacidad de aprovisionamiento sumamente escaso dadas las condiciones psico-sociales (léase estados crepusculares) de los parroquianos. El hecho es que una de esas noches de destino incierto, salimos con Zamora y no recuerdo quien más, puede haber sido Guayasamín, seguramente champin-charme y algún otro, a buscar lo que la cálida noche laguzapallera tuviera para nosotros; merodeábamos sin intención alguna de delito, bajo el residual efecto de los diferentes psicotrópicos consumidos, y en esas, no se que causas y azares nos llevan de frente a uno de esos rucos en donde se expenden frutas en el verano (¿chacarero?) y se nos ocurre que ahí debía haber algo para nosotros...; luego de la componenda decidimos aproximarnos furtivamente por donde se veía un espacio como para sacar una codiciada fruta... Zamora siendo el más pasado... mete la mano, y cuidadosamente empieza a sacar una hermosa sandía... a lo que nosotros respondimos bullendo de reprimido frenesí; luego de traerla a salvo y dejarla a buen recaudo, evidentemente ...vamos por más. Y comienza de nuevo el proceso, nosotros esperando que de un momento a otro Zamora sacaría la mano clavada a un puñal de los de calar...Y resulta que ahora ...sale el melón más hermoso del mundo..!!. Y nuevamente lo llevamos a salvo, y obviamente ...volvemos por más. Y de pronto Zamora, como con unas copas de alcohol en las venas era peligrosamente intrépido, se le ocurre sacar la tapa sobrepuesta que obstruía la entrada ...y la quita!!, y resulta que dentro de la choza... ¡no había nadie!!!, nadie cuidaba y sus moradores confiaban en que nadie osaría trasponer la feble y engañosa seguridad. Y nos encontramos con el tesoro mismo del Gran Calafate, así es que de una nos vamos al chancho sacando un cajón con duraznos, unos kilos de uvas, más melones, sandias etc hasta llenar nuestra capacidad de transporte; dejamos la tapa como estaba y volvemos campantes con el tesoro a la cabañita, en donde nos recibió la manga sin poder creerlo; esa noche fue de Fiesta Pagana, con frutas y vino como nunca...!!!
Al otro día urgidos ocultando el cuerpo del delito... en cajón con las cáscaras y cuescos jajajaja. Y supimos que los dueños del ruco culparon a la Loreto (nuestra buenamoza ex reina de la Laguna), que era la única que sabía el secreto; pero ella –según dijo- no nos delató...

No hay comentarios.: