Parece que la manga entro en estado de ahorro de energía y se hizo silente.
Esa anecdota que menciona con Edo. Melo, Stambo, la tenía formando parte de la memoria antigua, perdida en el fondo del baúl, y los más loco es que la he ido recuperando de a poco, ahora si que me acuerdo.
Y eso que no contamos lo que nos paso frente al Todos los Santos, cuando casi perdimos el ánima y mejor nos quedamos calladitos.
Y las historias con los verdecitos y cafecitos, o algo así, en las costas de Achao.
Falta un relato de la temporada en la casa de Charlão, en la Laguna, con las dulces y todo.
Un abrazo y los vimos.
Marcos.
miércoles, febrero 08, 2006
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