Todo un acontecimiento esto de la verdadera guerra del Pacífico, una guerra discapacitada en grado sumo, hética como ninguna, anoréxica para algunos, pero con una capacidad contaminante de proporciones, es cosa de ver a la Onírica... la matriz queda como niña de pecho.
Algunos han buscado por diversos medios zafar de su anestésico abrazo, siendo el más usado la técnica del 5º camino: copetepitopepa, pitopepacopete o pepacopetepito, al parecer sin mucho éxito.
Me parece que para vencer a la susodicha más vale arrejuntarse, en formación de falange, mantenerse despierto, entonar algún himno védico, apoyarse en al oración del corazón y dar unos aullidos a lo derviche.
Satambo, como adalid de la lucha contra la Onírica, mortal sólo por efecto de propincuidad, deberá convocar a los campeones y campeonas. Maestro Mago-Brujito, es una buena pareja, mejor que Batman y Robin.
Un abrazo
Marcos.
miércoles, mayo 31, 2006
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