Jote y Charlão corriendo el Derby del 42

Erase una noche de no se bien que día, de no se bien que año (pero por ahí por el 84´-85´), en que nos encontrábamos con flaco Lank durmiendo el sueño de los justos, tuto de Lank.
Deben haber sido como las 02:00 h, cuando me despierto con el sonido de una voz en sordina que repetia un especial cantito. Me asomé por la ventana que daba a la plaza del frente del 42, donde alguna vez navegó, por imaginarios mares, un barquito de cemento, y logro captar la siguiente escena (obviamente desperté raudo a flaco Lank para que se solazara con la estrambótica visión):

El que relataba era Graco
Lo que relataba era una carrera de caballos
Los caballos eran Jote y Charlão

Corrían éstos dos por la veredita, justo debajo de nuestra ventana, con los pantalones y calzoncillos (si es que usaban) en los tobillos, por lo cual el tramite de tan singular evento deportivo podía ser observado con calma.

En la escala de la punta poniente del 42, Graco relataba los acontecimientos con voz abocinada:

Jote por los palos!!!
Charlão en tierra derecha!!!
Últimos 100 metros...

Imagínense éstos dos corriendo a ritmo de pingüinos y a poto pelado, con Graco trasmitiendo los pormenores... Con flaco Lank nos cagamos de la risa y para poner el broche de oro, Charlão se va de lo que es hocico al suelo, quedando de rodillas, cara al piso y con la raja pará.