Recuerdo otra:Antes de irnos a la laguna en el verano (¿sería?) del 81, decidimos aperarnos de los subitivos necesarios para que no nos faltara el argumento ni el desvarío, y como en estas lides la manga era organizada, hicimos una vaquita y contactamos al proveedor; y con gran arresto nos decidimos ir a la negociación. Así es como nos apersonamos con Rodríguez en su guarida. Y como Lto era sumamente ducho en estos bretes, nos atiende cortésmente, nos hace pasar a su habitación en el segundo piso (departamentito duplex ) y hábil, nos da a probar una que, para mi (única explicación consistente) nos hizo perder la continuidad espacio-temporal y nos dejó al borde de la zona unligth, y al margen del acontecer y sumidos en la impermanencia... Y en seguida trajo la cantidad solicitada (expresada en moneda nacional).
Lo cierto es que en ese momento empieza una escena que solo quedó grabada en la caja negra, en que creo que pasamos de golpe a la intemporalidad misma; ya que lo que recuerdo es que; la puerta y la ventana de su pieza estaba abierta y corría un viento que se confundía con el Retur to Forever que se oía no se de donde; por la ventana se veía el cielo gris claro, y no se oía nada más, puesto que el susodicho desapareció... Con Rodríguez nos reíamos (ataque directo al sistema nervioso producto del estimulante) mientras limpiábamos la adquisición no sabiendo si era mucho o poco; a veces parecía un cerro y otras se veía chiquitito. Encima, ahondaban lo sobrenatural de la escena, las incoherencias propias del extravío.
De repente Rodríguez me pregunta, “¿es mucho o poco?”, y yo sin poder determinarlo, por la dudas y jugando al avispado le digo “chhh, esto es muy poco”. Entonces Rodriguez palideciendo, tomando aire e infundiéndose valor como para enfrentar al antagonista se queda mirando el montón y dice ¿es mucho o poco? ...y nos cagamos de risa... Y seguimos entre nervios y risas tratando de ubicarnos al respecto, hasta que pasado un tiempo indeterminado, se presenta nuevamente nuestro contendiente y pregunta “¿cómo esta?” Entonces Rodriguez en un acto de valía sin par espeta: “chhh, ...pero esto es muy poco”... frente a lo que Lto lo mira y dice “si poh, limpia esa primero” para luego desaparecer con la misma fugacidad. Y luego, al rato (imposible contabilizar la escena en unidades de tiempo conocidas porque no se cuanto rato sería, ya que solo se oía la música y se escuchaba el viento mientras no parábamos la risa perturbada y sin motivo aparente) aparece de nuevo Lto con otra carga y nos la echa en el periódico y se va. Nosotros intentamos seguir con la faena, pero nos pareció inoficioso así es que le digo a Rodríguez “llevémosla toda nomás”; y guardamos todo, nos levantamos trayendo una cantidad imprecisa (que luego, expuesta sobre la mesa era literalmente una montaña). Saliendo de la escena y volviendo campantes a la cotidiana (i)realidad villana. Ciertamente el verano aquel fue muy volado y litoral.
PD. Huelga decir que nuestro Lto era el sibilino e indecifrable Antonio Tapia (q.e.p.d.)
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