Stambo: En Pto. Montt un día de encuentro nos hace dormir en la isla de enfrente, después de su baño en la mar con Eduardo y Marcos, la noche fue buena con nosotros y nos embarcamos en la mañana para Puelo, limpiando uno de palo, Rodríguez dice que no se urge.
Nota: En llegando a Pto. Montt, divisamos a un personaje con mochila a lontananza y era nada menos que un compañero de la U. de Satambo, Eduardo Melo.
Fueron paisajes al cerebro, por los fiordos de Reloncaví.
En un barco de piratas cruzamos el mar, por otra calle u otro dedo nos tendía más al norte.
Estoy resfriado, por acá la gente vive con dinero pero son amables. Enyuntamos con Eduardo y el boy-scout, que es un hombre “superpreparado”, además tiene estilo.
Nota: El "amigo preparado" apareció como de la nada, se subió al barquito y no recuerdo cómo enyuntamos.
Nos internamos del río Puelo arriba, más o menos 1,5 hora, y llegamos a Tagua-Tagua, una lagunita super simpática, aquí viene poca gente extraña, sólo nosotros, viven muchos lugareños, no hemos pescado nada. Hay un bosque nativo extraordinario, ene vida y ene naturaleza, compramos pan, estamos en una onda extraña aquí los cuatro, pero me gusta, este lugar es místico, casi por su belleza y tranquilidad, hay viento, nubes, sol y agua. Se oyen pájaros muy extraños y todo es bello, pensamos partir el martes, hicimos mermelada de moras. Queremos tomar leche, oramos a Amín. Me gustaría hacer representación en este lugar, tengo acidez, fumamos pito.
Nota: Aquí yo quedé tan loco, quizás como nunca, más exactamente como nunca, recuerdo que hicimos una tocata con instrumentos nativos, palos, piedras y no se que weas más, fue muy loco, estábamos eufóricos.
Hay un hombre que descarga algo de un bote. Me acerco, el me sonríe, nos saludamos, tiene barba larga, un gorro de lana y ropas de trabajo, parece pescador, noto que tiene el pelo amarrado atrás, me acerco y conversamos, le ayudo, es Ulises, vive solo al otro lado de la laguna, pregunto por leche.
- Yo tengo y le puedo dar.
- Sería bueno
- Tendría que ir a mi casa y volver mañana.
Partimos los cuatro en un botecito que casi se hunde, hay que sacar el agua. Llegamos a la confluencia de dos ríos y desembarcamos, después de una pradera se ve una casita, llegamos a ella, tiene algunas tablas menos, se ve humilde, entramos y se ven algunas cosas, esta limpio y no hay mal olor, un perro, unos chanchos, vamos a apartar las vacas,
Leña
Comimos su pan, mate amargo, mermelada y conversamos hasta la noche, brujos y apariciones, comimos, hambre, experiencia, sufrimiento, entendimiento cruzan nuestros estados de conciencia.
Nos ofrece su casa, su leche, su pan, sin importar nada de lo poco que tiene.
- Cuando uno ha sido caminante convive con cualquier persona.
Más o menos 40 años y el cabello más debajo de los hombro, ojos vivaces y pureza pintada de sufrimiento en la sonrisa.
Dormimos arriba, al otro día temprano ordeñamos las vacas (me saque la cresta cerro abajo), comemos pan que él hace y manzanas, vamos a visitar su casa arriba del cerro.
Entre el bosque nativo construyó un sendero con pendiente de 90º, la penosa subida sirve para hacer ejercicio, arriba hay alerce botado, como 1.000 pulgadas y alerce parado mucho, ulmo, tepa, coigue, etc.
Una vista hermosa y unos pájaros cantan, estoy mojado de sudor, arriba hay una casita, las paredes, todo de alerce, además hay varios cientos de tejuelas y una vegetación exuberante, está a media falda del cerro, bajamos con 100 tejuelas. Si la subida fue penosa, la bajada fue última, llegamos apenas pero llegamos, luego el compadre Checho, de más allá, nos invito a pasear en su bote a motor, como a las 19:00 h salimos a recorrer el Tagua-Tagua, pescamos unos salmones, con toda la emoción de pescar y retornamos a casa de Ulises al anochecer, apartamos las vacas y comimos salmón con pan y te o leche, dormimos, al otro día temprano emprendimos la marcha.
- En septiembre iré a Santiago
- Pasa a vernos
- Adiós, adiós
Se pone a llover, esperamos al fletero y seguimos. Llegamos mojados al cruce a esperar la San Pedro.
Cuando pasa, subimos y seguimos a Cochamo.
El amigo preparado encuentra amigos, llegamos a Cochamo, queremos comer. $30 la noche en el albergue, cominos y salimos a ver el pueblo, es bonito, en el albergue hay gente de mundo, compramos La Bicicleta, en la mañana seguimos en un barquito a Ralún, casi no hay casas, luego la micro hasta ensenada, luego a pie para "Todos los Santos”, pasamos a ver el salto de Petrohue, es más o menos, no nos cobran entrada, no hay dedo, pues sólo van turistas, después de 16 km tenemos los pies hechos tira, nos quedan manzanas y harina tostada, hay color en la playa, encaletamos en una casita desocupada y nos vamos a tender a la playa, pues no nos podemos mover, el lago es grande, hay bonita vista, hay niños y turistas, carpas, botes, etc.
Marcos: ¿Qué podría decir...?, si estoy más volado que la cresta aquí, frente y fuera del Lago de Todos los Santos, Satambo acaba de llegar con manzanas.
Nota: No pude escribir más.
Chao, Tic-toc-
Ya es el fin, después de una regalona estadía en Valdivia, en casa de tíos de Satambo, nos embarcamos en tren Valdivia-Santiago, la misión ha sido cumplida, Amín puede estar conforme. En Valdivia visitamos museo, que es bien loco, vacilamos Calle-Calle donde se baña la luna, ahora queremos descansar nuestros carreteados cuerpecitos.
Fin del periplo, quizás algún día podamos repetir semejante hazaña, sólo los dioses lo dirán... además de nuestra intención aventurera.
viernes, enero 27, 2006
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