González me pide que comente las fotos..., pucha!!!, me pone en un pie forzado, pero tratándose del mismísimo Gran Visir del Altísimo, no puedo más que hacer mío su deseo.
Éstas dos son de antología, aunque las que vienen no se quedan atrás.
Imágenes tomadas en dos lugares sagrados para nuestra cofradía, la casa de González y la de Flaco Lank, espacios donde la hierofanía era lugar común. Señorios de Dionisios, plagados de loas y ditirambos.
En la primera foto dos efebos memorables, émulos de Maestro Mago y Brujito, pura fibra y corazón, puro entusiasmo y pasión, asegurados como ellos solos, viajeros cósmicos, buscadores del origen, hacedores de sentido, eternos aspirantes a hierofante, los de la risa facil.
En la segunda el tridente mágico, la juventud divinizada, Satambo, Sesóstris y el Gran Domador de Guanacos Tutelares, el Tigre Abarca, más dos presencias fantasmales reflejadas en el espejo. Memorables banquetes místicos, donde la amistad chorreaba por el mantel.
Cada cierto tiempo hacíamos sus asados y por lo general éramos puros hombres los comensales, reflejando nuestra tendencia no sólo etaria si no también de genero, como esos antiguos grupos que formaban los jóvenes del clan, en los albores del homo sapiens sapiens.
González, vamos a tener que armar otra misión de búsqueda. Ángela me cuenta que Luchín se quedó con sus álbumes de fotos, así que ubiquemos a este muchacho y aprovechamos de saludarlo.