la gran balseada

Quisiera sazonar esta sabrosa anécdota ocurrida en uno de los primeros encuentros místicos-esotéricos-metaficeros de Santiago y en la que tata (no se trata de la empresa India, por cierto) fuera protagonista, dada la coyuntura que se dio al ser convocado para representar la voz del yoga, y este aprovechando como pocos su minuto de fama, se arranca con los tarros dando un golpe a la cátedra cuyos mantricos sonidos aun resuenan en el aire… dar, daré, dar daré; para que de ahí en más, elevemos juntos este críptico sonido a las escatológicas alturas. Lo cierto es que se preveía que una situación tal podría ocurrir dado el egotónico perfil del protagonista; lo que era imposible de imaginar es que allí se encontraría Rodríguez y juntos seriamos testigos de la balseada más escandalosa de que se tenga memoria: y justamente es la escena que Rodríguez describe; íbamos en el toco después de haber dejado boquiabierta al inenarrable público y tata después de salidos del estacionamiento y sin mediar provocación alguna -con la ovación aún resonando en sus oídos- espeta “¿Y… cómo los deje cuando cerré los ojos?”, “los dejé locos”, “me mande la parte, ¿o no?” y Rodriguez me mira sin caber en si. Y tata sigue durante largo rato gozando del golpe dado sin disimulo ni pudor alguno. Lo divertido fue que demudado Rodríguez, no dijo absolutamente nada durante todo el trayecto, se adivinaba estólido y sobrecogido; y cuando llegamos a destino solo dijo “ya, chao sata, de ahí nos vemos…” y acto seguido se las enveló raudo e incontenible a casa del mismísimo Amin a desahogarse; y relatarle que había asistido a la balseada mas descomunal de su vida y nada menos que de parte del grande tata... Quede esta anécdota para los anales y el regocijo de los comensales que asisten a esta cuchipanda.

Una de Tata (Juan Edo.)

Debe haber sido por allá por el año `82, que se desarrolló en Santiago un gran encuentro místico-esotérico, donde participo lo más granado de la escena nacional.

Desde los Siks hasta boxeadores chinos, pasando por la Gran Fraternidad Universal, los Krishna, la Nueva Acrópolis y Ananda Marga. En fin... cómo sería de importante la cosa que estaba presente la Escuela de Yoga Clásico, representada por su fundador “Tata” o Juan Edo. Núñez Perrow.

Cada uno de los exponentes disponía de unos minutos para entregar su mensaje o saludo a la espiritual audiencia.

Con Satambo observábamos desde atrás los acontecimientos, cuando hace su aparición en el escenario “Tata”. Cierra los ojos, junta sus manos y saluda... Explica que él trae un mantram de regalo, que es el mejor y más sencillo de los mantram, el más poderoso...

Entonces con voz profunda, conectado con el mismísimo centro del universo, entona con cadencia las sagradas palabras: Dar daré, dar daré, dar daré...

Luego explica que distinto sería nuestro mundo, si todos practicáramos el dar desinteresado.

Bueno, hasta aquí grande Tata!!!.

Finaliza el encuentro y nos vamos al auto de Tata. En el asiento trasero Satambo y yo, adelante Tata y Nachi (hna. de Satambo).

A poco andar Tata la cagó...

Se da vuelta para mirarnos y con una sonrisa cómplice nos dice:

Los dejé locos!!!

Hasta ahí no más nos llego el aura mística y nos recagamos de la risa ante tanta desfachatez por parte de Tata, el cual siguió pavoneándose por un rato de lo bien que lo había hecho, con una actitud de los más rock-star del espíritu.

estas son imagenes del volcan turrialba aca en el pueblo donde habito junto a mi familia y les puedo contar que en cualquer momento puede haber una erupcion de ahi les envio fotos mas recientes